viernes, 9 de julio de 2010

Encuentros con la rebeldia sin causa alguna

Hoy recordé, siguiendo aquel camino,
aquellas espinas que crucé mostrando dolor,
caminando erguida, mirando al frente,
dejando todo problema atrás, sin pensar...
Y reconozco que...
Llegué a pensar en mirar, y hoy miro, abro los ojos,
y te vuelvo a ver, sintiendo el olor americano de las millas,
mirándote a los ojos, acomodada en el respaldo,
de aquel coche de los sueños...
Apostando nuestros besos, como si de tesoros se tratara,
nos ibamos dando cuenta del deseo de aquellos cuerpos...
Hasta que aquel dia, cruzamos la barrera, timidos,
deseosos, con pasión, lujuria, deseo,
sentimos en el sello de nuestros labios,
cuando anunciamos nuestra retirada, hasta dias después,
en nuestra sentencia, mientras Chuck Berry deleitaba nuestro encuentro,
nos dejamos llevar por lo que tanto soñaba, por aquella velada perfecta,
la mejor de mi vida.
Poco después el abandono de nuestro lecho, nuestros encuentros,
nuestras locuras, nuestras conversaciones,
mirando nuestro paisaje por la ventanilla,
mientras el dolor se refleja en mis ojos,
del que cae su jugo poco a poco, recordándote, una y otra vez,
para dejarte 1000 kilometros atrás....
para verte a través de una pantalla, como si de una cárcel se tratara...
para privarme de ti... para dejarte como el lobo solitario,
vagante, pirata, rebelde, buscando a tu mujer ideal,
por esas carreteras de Kansas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario